Poemas de Juan Ramón Jiménez
- A DIOS EN PRIMAVERA
- A LOS SIGLOS
- ADOLESCENCIA
- AGUA EN EL AGUA
- AGUA MUJER
- AHOGADA
- AJUSTE
- ÁLAMO BLANCO
- ALEGRÍA NOCTURNA
- ANDANDO
- ANTE LA SOMBRA VIRGEN
- ASTROS
- AZUCENA Y SOL
- Cada hora mía me parece
- CANCIONCILLAS INTELECTUALES
- CÁRCEL
- CÉNIT
- COLOR
- COMO ME MIRAS... POR SI YO PUDIESE
- CON LAS ROSAS
- Cuando tú quieras
- DESNUDOS
- DIOS DE AMOR
- DIOS PRIMERO
- EL ADOLESCENTE
- EL CAMBIO
- EL DECHADO
- EL DESCENSO
- EL DÍA BELLO
- EL DÍA MENOS
- EL ENLACE
- EL HECHO
- EL IMPULSO
- EL LLEGADO
- EL MAR LEJANO
- EL MÁS SOLO
- EL NOSTÁLGICO DOBLE
- EL OASIS
- EL OTOÑADO
- EL PÁJARO DEL AGUA
- EL POETA A CABALLO
- EL POSEEDOR
- EL RECUERDO
- EL RITMO
- EL SER UNO
- EL TODO
- EL VIAJE DEFINITIVO
- ENTRESUEÑO
- ES MI ALMA
- Ese día
- ETERNIDAD
- EXTASIS
- FIN DE INVIERNO
- FRENTE
- GRÁCIL
- HOJILLAS NUEVAS
- IDA DE OTOÑO
- JUEGO
- LA ACTITUD
- LA AUSENCIA
- LA AUSENTE
- LA COPA FINAL
- LA ESPADA
- LA FIESTA
- LA FUSIÓN
- LA HORA
- LA MEMORIA
- LA MUERTE BELLA
- La muerte es el reposo
- La muerte es sólo un reposo
- La muerte es una madre nuestra antigua
- LA NOCHE
- LA PLENITUD
- LA QUE HABLA
- LA SOLA
- LA ÚNICA ROSA
- LA VEZ
- LAS DOS ALEGRÍAS
- LAS ILUSIONES
- LAS LUCES
- LUNA GRANDE
- MALVAS
- MENSAJERA DE LA ESTACIÓN TOTAL
- MI OASIS
- MI SITIO
- MIRLO FIEL
- NOSTALGIA GRANDE
- OJOS DE AYER
- OTRO SILENCIO
- PATIO PRIMERO
- PRIMAVERA
- PRIMAVERA MADRE
- Qué alegría este tirar
- RETORNO FUGAZ
- ROSA
- ROSA, NIÑA
- ROSA, POMPA, RISA
- SIESTA DE LA TORMENTA
- SOL Y ROSA
- Sólo mi frente y el cielo
- SOLO YO
- SU SITIO FIEL
- TRASCIELO DEL CIELO AZUL
- UN CLIMA
- VERDE VERDEROL
- VIVO Y MUERTO
- YA LA TÚ
- Yo me moriré
- Yo no soy yo
- ZINC
Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Juan Ramón Jiménez:
Yo no soy yo
Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
EL VIAJE DEFINITIVO
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico...
Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.
ADOLESCENCIA
En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
-El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.-
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
-Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.-
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.
PRIMAVERA
Abril, sin tu asistencia clara, fuera
invierno de caídos esplendores;
mas aunque abril no te abra a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera.
Eres la primavera verdadera;
rosa de los caminos interiores,
brisa de los secretos corredores,
lumbre de la recóndita ladera.
¡Qué paz, cuando en la tarde misteriosa,
abrazados los dos, sea tu risa
el surtidor de nuestra sola fuente!
Mi corazón recojerá tu rosa,
sobre mis ojos se echará tu brisa,
tu luz se dormirá sobre mi frente...
ALAMO BLANCO
Arriba canta el pájaro
y abajo canta el agua.
(Arriba y abajo,
se me abre el alma).
¡Entre dos melodías,
la columna de plata!
Hoja, pájaro, estrella;
baja flor, raíz, agua.
¡Entre dos conmociones,
la columna de plata!
(¡Y tú, tronco ideal,
entre mi alma y mi alma!)
Mece a la estrella el trino,
la onda a la flor baja.
(Abajo y arriba,
me tiembla el alma).
VERDE VERDEROL
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Palacio de encanto,
el pinar tardío
arrulla con llanto
la huida del río.
Allí el nido umbrío
tiene el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
La última brisa
es suspiradora,
el sol rojo irisa
al pino que llora.
¡Vaga y lenta hora
nuestra, verderol!
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Soledad y calma,
silencio y grandeza.
La choza del alma
se recoje y reza.
De pronto ¡belleza!
canta el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Su canto enajena
(¿se ha parado el viento?)
el campo se llena
de su sentimiento.
Malva es el lamento,
verde el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!